Antes de dirigirse al Aeropuerto de Ben Gurión, concluyendo su visita de tres días en Israel y en los territorios palestinos, tuvimos el honor de recibir en el Beit Hatfutsot al Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, el Sr. António Guterres, quien visitó las dependencias del museo y pronunció aquí el discurso que incluía las conclusiones de su visita a la región.
El Sr. Guterres, que llegó acompañado por el Representante Permanente de Israel ante la ONU, el Embajador Danny Danón, fue recibido por Irina Nevzlin, Presidenta de la Junta de Directores de Beit Hatfutsot; Dan Tadmor, Director General del Museo del Pueblo Judío; y por el General de División (R) Eitán Ben Eliahu, Copresidente de la Junta de Gobernadores de Beit Hatfutsot.
El Sr. Guterres recibió un presente especial por parte del Museo del Pueblo Judío – un libro que relata la historia de la comunidad judía en Portugal, su país natal.
La Sra. Nevzlin saludó a nuestro honorable visitante durante su discurso dirigido a la comitiva que lo acompañaba: “Sr. Guterres, le damos la bienvenida hoy como un socio y como un amigo poseedor de un espíritu afín a nuestros objetivos. Su larga foja de servicios en su país y en el mundo, se han basado en valores que definen su carácter: una profunda compasión por la humanidad, una convicción pluralista de que todas las personas merecen la oportunidad de realizar su potencial, sin diferencias de raza, nación, fe, color o sexo, y la eterna esperanza de que el progreso se puede alcanzar si tenemos el coraje de hacerlo realidad”.
El Sr. Guterres, dirigiéndose a los presentes, dijo: “Me siento honrado de hablarles hoy, después de visitar el Museo del Pueblo Judío, que cuenta una historia que se extiende a lo largo de milenios y que se escribió en todos los rincones del mundo. El notable y rico mosaico que se exhibe, es un legado judío, pero es también una parte importante del patrimonio colectivo de la humanidad, un escaparate de su cumbre más alta y de su fondo más profundo”.
El Sr. Guterres continuó su discurso condenando el antisemitismo, y el hecho de que “tantas comunidades donde los judíos vivieron y sobrevivieron por tantos siglos, ya no existen, debido a incontables oleadas de persecución y genocidio”. Dijo sentirse avergonzado de que su propio país, Portugal, “esté manchado por esta historia”.
Señaló también, que “cuando llegué a ser Primer Ministro de Portugal, en 1995, sentí que era mi deber demostrar el remordimiento de mi país por la Inquisición Portuguesa y siglos de ataques despiadados contra los judíos. En 1996, el Parlamento revocó el decreto de expulsión. Este fue un acto ciertamente simbólico, pero el espíritu de arrepentimiento era genuino”. Y agregó a continuación: “Me emocionó profundamente el elocuente testimonio guardado en el Museo sobre la historia de los judíos portugueses, su situación y sus logros en todo el mundo”.
A la vez que condenaba el antisemitismo, Guterres incluyó como tal a “cualquier llamado a la destrucción de Israel”. Y agregó: “Israel es un estado miembro de la Organización de las Naciones Unidas, y asume todas responsabilidades y goza de todos los derechos como todos los estados miembros, por lo que debe ser tratado como tal”.
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